#7 Cinco lecturas recomendables

En estos días en los que podemos llegar a estar sobresaturados de información, os dejo el enlace con cinco textos que he leído y que los comparto porque me han parecido muy interesantes. Y no todo tiene porque ser política…

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La última cruzada del rey Diego, por Enric González en El País Semanal.

Sánchez y el tonto del ‘bot’, por José Alejandro Vara en Vozpopuli.

Los neologismos que nos ha traído la pandemia, por Lola Pons en Verne.

¿Por qué Sánchez imita mal a Churchill con el coronavirus?, por Carlos Prieto en El Confidencial.

Repensar la universidad en cuarentena, por José Luis Oriuela en Medium.

 

Pedro Sánchez, De Gea y los charcos

pedro sánchezHay muchos políticos que tienen especial querencia por los charcos y en cuanto ven uno no pueden resistirse a meterse y en ponerse a chapotear. Y también hay algunos que, si no hay charco, cogen una manguera, lo crean a la medida y se rebozan en él.

Esto es lo que ha hecho el candidato socialista Pedro Sánchez quien en plena campaña electoral se ha enfangado en un tema tan delicado y escabroso como es el ‘caso Torbe’, el presunto escándalo de maltrato sexual en el que han aparecido los nombre de alguno futbolistas españoles, entre ellos el de De Gea, portero titular de la selección en la Eurocopa que se está disputando en Francia.

El candidato Sánchez ha manifestado: “Yo no me siento cómodo viendo a De Gea como portero de la Selección Española después de ver su nombre salpicado y denunciado por una menor.” Y a continuación defendió la presunción de inocencia, chocando con su declaración inicial, ya que hasta el momento el futbolista español no está siendo investigado ni ha sido llamado a declarar ante ningún juez.

Lo que ha trascendido sobre este caso es repugnante y debería ser denunciado, investigado, juzgado y aclarado hasta sus últimas consecuencias. Y si hay culpables, que sean condenados con toda la dureza que permita la ley. La mezcla de sexo, pornografía, dinero, maltrato, violaciones, menores de edad y personajes públicos forma una bomba de relojería, por lo que los medios de comunicación deberían ser especialmente cuidadosos a la hora de informar, huyendo del sensacionalismo, y los políticos – como Pedro Sánchez – no deberían utilizarlo para mendigar unos votos.

 

Los pactos del NO

candidatosDespués de conocerse los resultados que se produjeron tras las elecciones generales del 20 de diciembre, a todos los líderes políticos se les llenó la boca hablando de que habían llegado nuevos tiempos a la política y que los españoles les habían encargado llegar a pactos, ya que se había acabado la época de las mayorías absolutas y de pasar el rodillo en el parlamento.

Pues bien, trasncurridos ¡dos meses y medio! seguimos con un gobierno provisional y sin trazas de que ningún candidato sume los apoyos necesarios para ser investido presidente. Como se dice coloquialmente, ni pactos ni pactas ni pichas. Y es que los mismos que hablaban de pactos y de consensos son lo que a la mínima ocasión que tienen ponen por delante la palabra NO:

. Pedro Sánchez le ha dicho NO a Rajoy y a todo el Partido Popular.

. Albert Rivera le ha dicho NO a Rajoy y a Podemos.

. Pablo Iglesias le ha dicho NO a Rajoy, al Partido Popular, a Ciudadanos, a Pedro Sánchez si no pasa por el aro y a una señora que pasaba por allí.

. Mariano Rajoy le ha dicho NO a todo aquel que ha dicho NO a Mariano Rajoy.

Con este panorama, y aunque Sánchez y Rivera han sido capaces de firmar un pacto de la señorita Pepis, lo normal es que en junio tengamos nueva cita con la urnas. Mi propuesta es que, como estos cuatro líderes de pacotilla NO han sido capaces de pactar para formar un gobierno, los ciudadanos también le dijésemos NO a estos cuatro lumbreras y los partidos tuviesen que presentarse con otros cabeza de lista.

Porque, ¿qué pasará si el resultado de una nuevas elecciones es similar al que salió del 20D y las sumas y combinaciones siguen siendo más o menos las mismas? Sinceramente, yo NO lo sé.

Al cine con Iglesias y Sánchez

goya

La gala del cine español contó, una edición más, con la presencia de muchos ‘chupa cámara’ que aprovecharon la ocasión para ir de colegueo con un panda de culturetas pretenciosos. En esta ocasión la entrega de los premios Goya congregó a numerosos representantes de la clase política, desde la casta hasta la caspa. Entre ellos, Pedro Sánchez que se presentó con un look casual y Pablo Iglesias que lo hizo con un esmoquín imposible dos tallas más grande y con una pajarita revirada.

Es tal su pasión por el cine que en los últimos días Sánchez e Iglesias están protagonizando una película difícil de encuadrar en un solo género, ya que dependiendo del momento puede parecer desde una comedia hasta una de terror, con visos de acabar siendo una porno.

Así a bote pronto se me ocurren estos cinco títulos relacionados con la pareja de moda de la política española. ¿Alguna sugerencia más?

Dos tontos muy tontos

Los bingueros

No me chilles que no te veo

Tú a Boston y yo a California

Fue a por trabajo y le comieron lo de abajo

Gobernar a cualquier precio #noesbien

pedro-sanchezMe sorprende que sorprenda que Pedro Sánchez quiera ser presidente del gobierno a cualquier precio, cuando en la misma noche de las pasadas elecciones municipales y autonómicas ya demostró que le daba lo mismo pactar con Juana o con su hermana, siempre que ninguna de las dos fuesen militantes del PP.

Y menuda risa me entra cuando hablo sobre ‘pactar’. En dichas elecciones celebradas en el mes de mayo, el líder del socialismo español – por cierto, ni Pdr Snchz podía llegar a más ni el partido socialista a menos – regaló esa misma noche tras el recuento de la última papeleta gobiernos municipales y autonómicos a quien, con su ayuda, sumase simplemente más votos que los populares. Ni pactos, ni programas electorales, ni interés general, ni farrapos de gaitas…

Por eso es gracioso que alguien se sorprenda de que ahora repita esa táctica, y que esté loco por ser presidente del gobierno con el apoyo del comunismo más trasnochado, del independentismo más rancio y de todo aquel que le ceda sus votos aunque sea a cambio de comerle las entrañas. Puede que bajándose los pantalones por los tobillos Pedro Sánchez consiga ser presidente de España… aunque para ello realmente acaben gobernando los que aspiran a cargársela.