Breve reflexión sobre democracia y libertad

“La democracia es la libertad constituida en gobierno, pues el verdadero gobierno no es más ni menos que la libertad organizada.” – Juan Bautista Alberdi, jurista, político y librepensador argentino del siglo XIX.

MAFALDA

Hace unos días se celebraron las elecciones a la Comunidad de Madrid. Unas elecciones imprevistas, motivadas por extraños movimientos del tablero político en otros puntos del país, y que cogieron a la mayoría -incluidos dirigentes políticos, medios de comunicación y ciudadanos convocados a las urnas- con los deberes sin hacer.

Lo que, en principio, tendría que haber provocado un debate serio y riguroso (sí, podéis llamarme ingenuo) sobre la gestión de la pandemia provocada por el coronavirus y la búsqueda de soluciones a sus consecuencias devastadoras en el ámbito social, económico y, principalmente, sanitario, derivó en una agria disputa sobre quién se erigía en garante de la democracia y de la libertad frente al fascismo y al comunismo, con constantes alusiones a los nazis, a los campos de concentración, a Stalin y al guerracivilismo. Sin duda, un debate espurio, alejado de la realidad y provocado por nuestras cabezas pensantes para ocultar sus miserias.

Por suerte, desde 1978 vivimos en un sistema constitucional en el que todas las ideologías pueden ser defendidas dentro de los límites del cumplimiento de la ley, por lo que nadie ni ninguna formación política tienen derecho a apropiarse de los términos democracia y libertad, ya que son patrimonio de todos los ciudadanos, por lo que también es cierto que todos tenemos la obligación de conocer y exigir el cumplimiento del artículo 1.1 (¡por algo será el 1!) de nuestra Constitución.

Pero no es tarea fácil, porque defender la democracia y la libertad implica respetar al que no piensa como nosotros. Y en este asunto nuestra clase política nos da ejemplo, día sí y día también, sobre cómo no se debe actuar. Por eso es mejor que hagamos como Mafalda en la viñeta que ilustra este post, porque proclamando el sí a la democracia y el sí a la libertad nos estamos garantizando un sí a la vida, que a fin de cuentas es el bien más preciado que tenemos.

El dolor de París es el de todos nosotros

parís_condoscubitos

Estupor, rabia, incredulidad, tristeza, dolor, miedo, indignación, repulsa, solidaridad, justicia, libertad, seguridad… muchas sensaciones revueltas se agolpan ante los salvajes atentados cometidos en la tarde-noche de ayer en París. En estos momentos están confirmados 127 fallecimientos y cerca de 200 heridos… escalofriante. Hablan de ‘atentados en París’, pero me temo que por desgracia se puede considerar que ha sido una declaración de guerra a Occidente por parte de los radicales islamistas. Matar en nombre de un dios – de cualquier dios – no tiene sentido y va contra la esencia de cualquier religión.

Las primeras reacciones populares han sido crear hashtag en redes sociales, cambiar los avatares de las cuentas y exhibir lacitos; ahora encenderemos velitas y escucharemos el ‘Imagine’ de John Lennon. Todo eso está muy bien como forma de sumarnos al dolor y de expresar nuestra rabia y solidaridad, pero por desgracia no sirve para nada más que para manifestar nuestra repulsa.

Nuestros gobernantes tienen que dar un paso – o dos o tres o cien – adelante y tomar decisiones, por dolorosas que sean, que garanticen la seguridad de los ciudadanos. Ahora entraremos en el debate entre seguridad y libertad, porque la adopción de medidas de seguridad siempre supone recortes en la libertad. No hay más que recordar como viajábamos en avión no hace muchos años y como lo hacemos ahora. Más vigilancia, más controles.

Ayer por la noche, mientras seguía las informaciones sobre la pesadilla que se estaba viviendo en París, recordé que en esa ciudad pasé cuatro de los días más felices de mi vida. Me sumo a su dolor, pero  quiero seguir recordándola – y a toda Francia – como un lugar en el que las bases de su convivencia son LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD. Deseo con todas mis fuerzas que siga siendo así.