Este fin de semana el PSOE ha celebrado en Sevilla su 38º Congreso Federal, al que estaban convocados cerca de 1.000 compromisarios, con el fin de elegir a su nuevo Secretario General, cargo al que optaban Carme Chacón y Alfredo Pérez Rubalcaba, y para el que fue elegido este último por un estrecho margen de solo 22 votos.
La expectación era máxima ya que, después del descalabro sufrido en las elecciones generales del 20 de noviembre, los socialistas necesitaban reunirse y decidir quién liderará el partido en la difícil tarea de recomponerlo y, principalmente, de conseguir recuperar los 4.000.000 de votos perdidos en los últimos comicios.
Además suponía la retirada definitiva de José Luis Rodríguez Zapatero de la primera línea de la política, tras haber presidido el Gobierno de España durante dos legislaturas. Su discurso de despedida, prácticamente exento de autocrítica, con el que presentaba el informe de su gestión en los últimos años, resultó aprobado con más del 90% de los votos. De esta forma, el expresidente salió por la puerta grande y sin ninguna derrota en su carrera política, tras haber derrotado a Bono en el 35º Congreso, lo que supuso su llegada al poder dentro del PSOE, y de haber conseguido la victoria en dos elecciones generales. Incomprensiblemente, los militantes compromisarios no le han pasado factura ni por haber dejado el país en una calamitosa situación económica ni por haber llevado al partido a su nivel más bajo de apoyo social.
La votación para conseguir el puesto de Secretario General resultó tan igualada como se preveía. Los dos candidatos llegaron a Sevilla con las fuerzas muy repartidas y, probablemente, el apoyo que el aparto del partido prestó a Rubalcaba fue decisivo a la hora de inclinar la balanza a su favor. Los pesos pesados y la vieja guardia, encabezada por Felipe González, Alfonso Guerra y Rodríguez Ibarra, se decantaron abiertamente por la opción de Rubalcaba, que representaba la experiencia y una supuesta estabilidad, ante la continuidad del zapaterismo que encarnaba Chacón.
Los momentos de máxima tensión se vivieron mientras se esperaba el final del recuento y la comunicación del resultado, porque éste se produjo con un retraso de casi hora y media lo que dio lugar a la aparición de todo tipo de rumores, tales como que se había producido un empate o que uno de los candidatos había impugnado la votación. Además, las redes sociales se convirtieron en un hervidero tanto de noticias como de burlas por la tardanza de los escrutadores para contar algo menos de 1.000 votos. Incluso María Antonia Trujillo, exministra del gobierno de Zapatero, llegó a escribir en Twitter que se rumoreaba que había más votos que delegados. Vamos, un despropósito.
A los pocos minutos de conocerse el resultado, varios periódicos digitales especulaban con que Chacón había detectado la traición de unos veinte compromisarios, mientras se preguntaban si el resultado hubiese sido el mismo de haberse realizado la votación a mano alzada, algo que nunca sabremos. Lo que sí es cierto es que la candidata se autordescartó para formar parte del Comité Ejecutivo que en un principio se iba a formar a través de una lista de integración, aunque al final no fue así, tal y como denunciaron destacados militantes como Belloch, Tomás Gómez o López Aguilar.
Tras este Congreso, desaparecen de los principales cargos del partido Chaves, Blanco e Iglesias, y sus puestos han sido ocupados por José Antonio Griñán, nuevo Presidente, Elena Valenciano como Vicesecretaria General y Óscar López como Secretario de Organización. Y se crea un nuevo puesto, la Secretaría de Relaciones Políticas, que será ocupada por Patxi López, con lo que de esta forma Rubalcaba atiende al clamor que había dentro del partido para que el actual lendakari ocupase un puesto relevante en el órgano de dirección.
A partir de este momento habrá que estar atentos a los movimientos de Chacón, política joven y ambiciosa, que a buen seguro que se presentará para competir en las primarias en las que se elegirá al candidato socialista que disputará las elecciones generales en el 2015.
Personalmente, creo que desde este puesto de Secretario General Alfredo Pérez Rubalcaba prestará su último servicio al Partido Socialista y no es otro que, siendo consciente de que en la próxima confrontación electoral tendrá ya 64 años, preparar el lanzamiento de Patxi López para dejarlo al frente de los socialistas e intentar recuperar el poder perdido ante los populares.
Como demócrata convencido, creo en la alternancia como uno de los pilares de la democracia, por lo que espero que el PSOE haya encontrado el camino para ejercer una oposición dura y leal y, desde ahí, consolidarse para volver a disputar el Gobierno español.
Se aventura una apasionante época política, que pienso seguir a través de los medios de comunicación y de las redes sociales, acompañado por unas copitas condoscubitos.