Caprichos del destino

Cuando éramos pequeños todos pensábamos en lo que íbamos a ser de mayores, y, una gran mayoría, acabamos dedicándonos a tareas con las que no contábamos. En mi caso, mi gran ilusión hubiese sido jugar en el Barça de delantero centro (los que habéis llevado sobre vuestras espaldas el peso del número “9”sabéis de lo que os hablo); sin embargo, acabé entregándole mis mejores años a la administración autonómica gallega, la cual se aprovechó de todo mi talento.

En este post planteo tres supuestos sobre “lo que pudo haber sido y no fue”:

. Mourinho y Karanka: son la versión 2.0 de Mari Carmen y Doña Rogelia o de José Luis Moreno y Rockefeller, pero sin gracia. Resulta sorprendente que Mou, tras unos inicios como traductor, llegase a ser el entrenador mejor pagado gracias a su fichaje por el proclamado “mejor equipo del mundo” (así, sin anestesia y con repique de bombo). Pero más asombrosa resulta la carrera de “guiñol” Karanka, un rudo central sin ninguna experiencia en los banquillos, que acabó sentándose a dar ruedas de prensa en partidos de Champións… ¡ver para creer!

Pero no se alarmen, porque el destino es igual de caprichoso en uno y en otro sentido; así, gracias a su verborrea, el autodenominado The Special One probablemente acabe de tertuliano en programas del estilo de Sálvame Deluxe o Punto Pelota; más difícil lo tiene Karanka, un tipo triste y con menos gracia que un sonajero sin bolas, por lo que le auguro un futuro como figurante en cortejos fúnebres.

. Alfredo P. Rubalcaba: conocido como Alfredo “el químico”, tanto por su formación universitaria como por la facilidad que tiene para pergeñar pendencias en su despacho-laboratorio con el fin de liquidar a sus rivales políticos (tanto dentro como fuera de su partido). Es fácil imaginárselo rodeado de probetas echando humo o de cachivaches imposibles, al más puro estilo del Doctor Bacterio de los tebeos de Mortadelo y Filemón. En vez de eso, acabó siendo el mejor fontanero de la Moncloa, ya que conoce como nadie las cloacas del Estado.

Será el candidato del partido socialista en las próximas elecciones generales, y, de ganarlas, es fácil imaginárselo acudiendo a las reuniones del Consejo Europeo con un soplete y una caja de herramientas, en vez de con estilográfica y maletín portadocumentos.

. Dominique Strauss-Khan: reunía todas las cualidades para haber sido un fantástico presidente de jurado de concursos de “miss camiseta mojada”. Sin embargo, y por arte de birlibirloque, acabó engatusando a una guapa millonaria francesa, y, por estar el día oportuno en el lugar adecuado, consiguió acceder al puesto de director-gerente del Fondo Monetario Internacional. Por si eso fuese poco, estuvo a punto de ser elegido líder del Partido Socialista francés.

Pero al final, DSK, máximo representante de la conocida como “gauche caviar”, acabó sucumbiendo a los influjos de su entrepierna y, por un “aquí te pillo, aquí te mato”, destrozó su brillante carrera política y financiera. A pesar de estar a punto de ser declarado no culpable de una acusación por intento de violación, ya no podrá librarse de su bien ganada fama de viejo verde, lo que le puede valer para trabajar en  discotecas como experto en fiestas de la espuma. (Más información sobre DSK en mi post del día 26/05/2011 titulado Desde que amanece, apetece).