Yo sí que soy de podemos

Y desde hace mucho tiempo. Todos los años y en determinadas épocas soy muy de podemos, porque en ciertos momentos es necesaria una buena poda. Partes que han crecido de más, otras que se ha podrido, las más fuertes que se han comido a las más débiles, las de más allá que salen sin control…

Pero podar no es cortar por lo sano. Eso lo puede hacer cualquiera. Podar bien es una ciencia. Y, como tal, para ejecutarla hay que tener preparación. Y ‘sentidiño’. No todo se poda igual. Lo que está podrido se corta por la base o se arranca y se sustituye por uno nuevo. Pero lo que se puede aprovechar, simplemente se le retoca para que renazca con nuevos bríos. La buena poda se hace con mimo. Y con criterio. Insisto, no tiene nada que ver podar con cortar por lo sano.

Una vez finalizada la poda, hay que barrer todos los restos. Y deshacerse de ellos, siendo conscientes de que jamás volverán. Si se poda bien, y posteriormente a la poda se extreman los cuidados y las atenciones, las posibilidades de éxito son muchas. Pero si le encargas la poda a un esnafrado, el resultado puede ser dramático y te puedes haber cargado el trabajo de muchos años.

Pues hasta aquí ha llegado mi soflama de hoy… que parece que no os he dicho nada y os lo he dicho todo. Y ésta es la muestra de una poda bien hecha.

poda1

poda2

poda3