En todos los ámbitos de nuestras vidas nos movemos por modas: tanto en la forma de vestir como cuando vamos o dejamos de ir a algún restaurante o cuando seguimos a un escritor o cantante determinado o acudimos a una película o a una obra de teatro, nos influye la publicidad o las ganas de estar a la última.
En el caso concreto de las bebidas, es indiscutible que de un tiempo a esta parte nos han creado la sensación de que el que no entiende de ginebras no es nadie, hasta el punto de que un local de copas que se precie tiene que contar con una carta específica de ginebras y de tónicas e, incluso, con una barra dedicada en exclusiva a servir los gintonics más variados.
Recuerdo que, cuando hace años empecé a tomar copas con mis amigos, las bebidas estrella eran el olvidado Gin Kas o el típico cubata de ginebra con cola, y elegíamos únicamente entre Larios o Gordons. Con el paso de los años, la elección pasó a ser entre Beefeater y Tanqueray… aunque eso ya eran palabras mayores. Pero antes de llegar a esos niveles no puedo olvidarme de unos deliciosos cubatas de Gin Lirios y, ¡cómo no!, de la archifamosa Ginebra La Flota. Esta última contaba con una llamativa campaña publicitaria: “Ginebra La Flota, si la bebes explotas… esta noche se esperan numerosas explosiones en diversos puntos de la ciudad”.
Pero todo ha ido evolucionando y así, hoy en día, hay una gran variedad de ginebras, que dependiendo de sus cualidades se sirven con diversos acompañamientos, como lima, limones, rodajas de pepino o bolas de enebro; y, por supuesto, la tónica se sirve deslizándola sobre una cucharilla trenzada para que, ¡oh Señor!, no se rompa la burbuja. Solo en el mercado español podemos encontrar cerca de doscientas referencias, entre las que me atrevo a destacar la Plymouth Gin (suave y dulce, siempre ligada a la Marina británica), London nº 1 (azul turquesa, elegante, aromática y especiada, fruto de sus doce ingredientes botánicos y su triple destilación) y Martin Millers (destilada en Inglaterra y mezclada con agua pura de Islandia). Entre las nacionales, es obligatorio recordar por su calidad la Gin Rivers Special, cuya fábrica se encuentra en la bella localidad gadidtana de El Puerto de Santa María.
Desde hace unos meses tengo cuenta en Twitter desde la que sigo a gente muy interesante, entre los que se encuentra Pedro J. Ramírez, periodista y director de El Mundo, quien con cierta frecuencia, tras acabar una larga jornada laboral o de acudir a algún evento social, cuenta que le encanta acabar el día con un gintonic de ginebra Geranium con fresón y tónica Fever Tree. Así leído me parece una cursilada, y, aunque confieso que nunca lo he probado, me comprometo a hacerlo en breve.
Grandes momentos de mi vida los he pasado con una copa en la mano, y así me sonrío cada vez que recuerdo a mi gran amigo Eugenio Cegarra diciendo “¿qué? ¿nos tomamos una ginebrita?”. Y hoy en día, una de las vivencias más agradables y placenteras que tengo todas las semanas es cenar el viernes con mis amigos y, al acabar, discutir, debatir y, en resumen, arreglar el mundo disfrutando de unos buenos gintonics.
Pero sería injusto no reivindicar el gintonic de toda la vida; aquel que actualmente se sirve únicamente en locales de dudosa reputación, en los que las mujeres fuman y tratan a los hombres de tú, y que consiste en un vaso de tubo, hielo de gasolinera, chorro generoso de cualquier ginebra elegida al tuntún y la tónica agitada y servida por el conocido como sistema de aspersión.
No puedo despedirme de mis queridos lectores sin confirmarles lo que están pensando: este post lo he escrito degustando un buen gintonic condoscubitos… lo confieso.
Esta moda de ser un sabiondo, ya la tuvimos que padecer, hace unos años,con los grandes entendidos en vinos. Igualito que con las gins.Que si Ribera de Duero, decían al principio, como si la denominación de origen fuese el gran descubrimiento, poco a poco los sabios,de las denominaciones de origen, pasaron a la uva, que si la souviñon, o la cavernet o como se diga, posteriormente, se atrevieron con las catas, que si la copa la tienes que colocar así, y bla bla, para que puedas aspirar su aroma, y no contentos con ser grandes soumellieres, dieron un paso más, y cogieron la lanza y les dió la perra de los vinos del país, que si godello, y los nuevos vinos de los diseñadores de ropa y no se cuantas manías más.
Ahora se mueve el fresón con no se qué tónica y con no se cual ginebra.
Cuánto le tengo q agradecer a mi padre, y supongo q a toda su generación, que ponían una botella de Vega Sicilia, u otra, en la mesa sin ningún comentario,eso si sabiendo lo que ponían, sabían tomar un buen vino de cosecha, y nadie hablaba de que si el vino estaba en barrica de roble durante no se cuanto tiempo.
Esta noche me tomaré un inspirador gintonic de los de siempre a tu salud Alex, y comparto contigo la sorpresa por tanto experto que anda suelto.
En cuanto a los amigos y la compañía y los buenos momentos con dos cubitos, completamente de acuerdo.
Saludos cordiales.
Estoy contigo, querida Rouse. Dentro de poco esta moda pasará y nos darán la matraca con otro asuntito.
Qué razón tienes, las modas son y seguirán siendo un instrumento para timar a los snobs, no cabe duda que el gin-tonic de Pedro J. tiene buena pinta, pero me sigo decantando por el gin-tonic de toda la vida.
Como bien sabes hemos hecho muchas gamberradas alrededor de un gin-tonic, deberíamos hacerle una estatua o una fuente en algún lugar público, ja, ja.
Yo me sigo decantando por el gin-tonic de Larios en copa grande y, ciertamente, muy fresquito, con bastante mas de doscubitos de hielo.
Por cierto, hay muchos sitios donde lo puedes tomar al módico precio de 4 €, como mucho.
Se recomienda tomarlo despacito y con buena tertulia.
Cheers
Jajaja, sí señor, el gintonic se merece un monumento!!!
Estuve el sabado en una comida, con unos nuevos amigos, que por cierto, me parecieron estupendos y lo pasé muy bien, y digo esto, porque despues de comer copiosamente, y tomarme dos cafetitos, que mejor que tomarme un gin-tonic en buena compañia, ¿no? pero …. como tenia que conducir me quedé con las ganas. Sin embargo, por la noche, acordandome de lo que se comenta aqui, me tomé un buen GIN, pero CON DOS CUBITOS y servido normal, sin tanta parafernalia, eso si en una estupenda copa y saboreandolo, asi que me apunto a este blog para que sigais contando
Bienvenida «nueva» amiga!!! Muchas gracias por participar!!! Celebraremos tu incorporación al blog con un buen gintonic y una conversación divertida 😉
Algunos no bebemos por modas, yo sigo fiel al whisky o güisqui según como lo queráis llamar. Auque ya pasamos la moda del Whisky, el Ron y ahora estamos en las ginebras me voy preparando para la más que posible llegada de la moda fría del vodka Brindemos por la salud
Federichi, estoy a favor de las modas sí éstas sirven para que la gente salga, se divierta y comparta momentos de tertulia con los amigos.
Estimado y bienquerido Alejandro, tocandome de cerca este tema (ginebra+tonica) se me viene a la cabeza y dentro de las modas. Que no siempre el consumo de las ginebras fue en forma de gin-tonic sino que hacia finales de los años sesenta el consumo de la ginebra era en forma de coctail y los «hombres» la tomaban en copa a pelo. Habia una mezcla muy exitosa que se solicitaba bajo el nombre de «ginebra preparada», ginebra+granadina+hielo, quedando una copa color fresa intensa que solo por su color se veia que no era muy sana, pocos años despues irrumpio el consumo de la ginebra en forma de copa larga (como dice el del «retiro da Costiña») tomandose aquellos gin-Kas y la discusion era si de limon o de naranja. Por fin el sentido comun o los Dominicos no se quien, recordò que la ginebra a finales de los años sesenta tambien se tomaba en forma de gin-fizz (ginebra y soda, en barato sifon, con hielo), que ya era parecida al gin tonic que se comenzo a tomar gracias a la apertura de fronteras y calculo que al incremento de la cultura, a principios de los años setenta fuimos descubriendo con nocturnidad en aquellos pubs magnificos(Cadaques despues fue la cava de la poesia,Birimbao…) donde nos fuimos haciendo «adictos» agin tonic .Recorrimos, la Flota, Punto Rojo, MG, Fockin, Larios, Gordons, Tanquerays, Beefeter y yo me pare en Bombay, blanca siempre hay que aclarar. Y ahora resulta que el gin tonic no es para beber es para ser hablado y admirado en sus adornos, cada vez entiendo menos, porque todos sabemos que el mejor gin tonic que se puede tomar siempre es el mismo, ginebra+tonica+hielos+rodaja limon y siempre los AMIGOS que son con los que hablamos, cantamos, discutimos, en torno a una ginebra con tonica. Juro que nunca necesite cardadomo, pepino,o fresas para esta copa que consumo desde hace unos cuarenta años, pero siempre coge su punto si la tomo con un amiguete, aunque la ginebra no se haya hecho con agua de Islandia
Querido Ramírez, muchas gracias por esta sabia aportación a la historia del gintonic. Y ya que, después de cuarenta años flirteando con la ginebra estás como un peperete, seguiré tu ejemplo y no pienso abandonarla.
Bueno, a mi me parece bien que los ginebreros estudien y trasladen a los consumidores el resultado de su trabajo. Me parece que esto nos ayuda a apreciar y distinguir sabores, a preparar correctamente un gin-tonic y, en definitiva a disfrutar más de su degustación.
Creo que con esa competencia entre las distintas ginebras y tonicas, los consumidores salimos beneficiados en la calidad de los gin-tonics.
Además me gustan mucho y me parecen muy interesantes las catas y degustaciones que, en los últimos tiempos, nos ofrecen algunas de las marcas más importantes del mercado.
En este caso, «bendita moda».
Comparto tu opinión sobre las catas, y en las que hemos compartido es cierto que resultaron muy interesantes y nos los hemos pasado muy bien.
Pero no puedo con ciertas manías, principalmente la de «no romper la burbuja»; me gusta volcar la tónica e, incluso, agitarla antes de servirla.
Estupenda entrada, de esas que sientan cátedra!! En mi caso particular…, reconozco haber tonteado con la ginebra, hasta el punto incluso de asegurar públicamente que dejaba el güisqui. Al final, la cabra siempre tira al monte y vuelve a los orígenes, a lo que hemos hecho toda la vida… De todas formas, la ginebra y yo no hemos acabado mal… Podríamos decir que nos queremos ‘como amigos’ y regularmente nos volvemos a encontrar hasta en dos ocasiones después de alguna comida copiosa. Un excelente digestivo que sirve, a la vez, para dejar paso a las bebidas algo más serias y a una tarde de excelente conversación en buena compañía.
Un abrazo!
Creo entender que para tí la ginebra no deja de ser un refresquito, ¿no? Vamos, que como otros se toman un Aquarius, tú te pinzas un par de gintonics y tan contento.
Gracias por tu comentario; es un honor recibir opiniones desde Cáceres.
Soy de gin-tonic desde hace mucho tiempo. Es un combinado que no cansa, porque los que toman otras cosas van dando bandazos (también en sus gustos) y no acaban de acomodarse. Todos hemos ido buscando bebidas que no causaran mucha resaca, aunque a pesar de autoengaños esotéricos, cuando lo que tomas es de una calidad aceptable, el malestar del día después está directamente relacionado con la cantidad ingerida.
Mi evolución particular fue Larios, Gordons, Beefeater y ahora Bombay (blanca por supuesto). Habría que hablar de la tónica: en su día competían Schweppes y Finley. A mí me gusta la Schweppes, sin duda, pero no tengo ni idea de porqué. A lo mejor es por la misma razón que me gusta la Estrella de Galicia: tenía fábrica en La Coruña y al final tu paladar se vuelve chauvinista. Sólo sé que hubo una época en que nos quisieron meter la Nordic Mist con calzador (porque la distribuía coca-cola) y no era lo mismo ni por asomo.
No todo tiempo pasado fue mejor. Por eso creo que la mejor evolución ha venido por el contenedor y no por el contenido, porque el gintonic en copa grande mejora, con mucho, el infumable vaso de tubo. En Portugal aún los ponen así ¡y con tónica saliendo de una manguerita! y no te explicas cómo podíamos vivir sin el gintonic bien servido.
Sí, es cierto que hay mucha tontería y snobismo, toda moda es pasajera, pero creo que después de una buena comida, sin levantarse de la mesa, un digestivo gintonic es insuperable.
Es verdad, la dichosa manguerita que utilizan en Portugal!!! Ahí sí que no tienen problemas con la dichosa burbuja… porque la tónica sale sin gas!!! Es horrible!!!
Lo que me tiene a mí alucinado es la extensión que empiezan a tener algunas «cartas de ginebras», algo que no puede faltar en pub «de billete».
Sin ir más lejos hoy me encontraba en un diario una nueva ginebra, Blanc Premium Seaweed, que aunque nadie lo diría por el nombre está creada por un empresario gaditano que, leyendo ese artículo, podemos definir como un buen repipi ( un tipo muy interesado en los huevos de caracol no se puede definir de otra manera). http://www.economiadigital.es/es/notices/2012/01/del_huevo_de_caracol_a_la_mesa_de_un_autentico_gourmand_26256.php
Yo por mi parte tengo en mi mini-bar estos días (y creo que por poco tiempo) una botellita de Bulldog. Muy rica oigan!
Gracias por tu aportación de esta nueva ginebra, para mí, totalmente desconocida. Uuummm, y sabia elección la de Bulldog… en cualquier momento que te des una vuelta por La Coruña quedamos emplazados para hacer una degustación 😉
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Este fin de semana invitamos a unos «amigos» que son «expertos» en toda cuanta moda hay y les preparamos unos gin tonic supuestamente con ginebra Hendrick’s y tónica Fever Tree, adornados con con pomelo y jengibre. ¡Les encantó! Encontraron matices hasta en el cristal de la copa, ¡je je!
Luego supieron que la ginebra y la tónica eran del mercadona. Cuando les enseñamos los envases a los «expertos», mi novia y yo casi nos meamos de la risa. Pero España es un país de «expertos» en todo… hasta que tienen que demostrarlo. ¡Caní!
Lovedd reading this thank you