Cuando lo más importante es ser persona

Una de las personas más cercanas a mí, más querida y a la que considero como mi hija se encuentra desde el pasado mes de noviembre en Nueva York por motivos académicos y laborales, y no volverá a su casa hasta dentro de seis meses. Está feliz y encantada porque vivir en la capital del mundo es una experiencia que seguro que le enriquecerá en todos los aspectos y además le ayudará en su futuro profesional. Pero eso no quiere decir que no se emocione ante cualquier referencia a España, y que incluso, aunque vivimos en una época en el que a través de la tecnología puedes estar conectado en todo el mundo en tiempo real durante las veinticuatro horas del día, necesite sentir cerca algo que le recuerde a su país.

Esta introducción viene al caso porque sobre las 20 horas de ayer (hora local de Nueva York), la selección española de fútbol, campeona de todo lo habido y por haber, llegaba al Hotel Ritz Carlton de NYC, situado en Central Park, porque mañana jugará un partido amistoso, con vistas a preparar la próxima edición de la Copa de Confederaciones.

Y, como no podía ser de otra forma, españolitos residentes en Manhattan y alrededores, entre los que se encontraba mi hija, se desplazaron a recibir a tan magnos embajadores de la patria, con la ilusión de saludarles y, a ser posible, conseguir un autógrafo o simplemente hacerse una foto con ellos. Además, muchos de ellos se rascarán el bolsillo y pagarán 120 dólares por ir hasta el Yankee Stadium a emocionarse escuchando el himno español y a agitar las banderas animando a su selección, en un acto que a buen seguro les hará sentirse más cerca de sus hogares.

Pues bien, de una expedición formada por veinticinco jugadores, entrenadores, empleados, directivos y toda la parafernalia que les acompaña, sólo Sergio Ramos tuvo el detalle de acercarse hasta el grupo de aficionados que estaban allí recibiéndoles, y dedicó un momento a saludarles.

Un futbolista que marque muchos goles, realice unos regates inverosímiles o evite que el rival cree peligro seguro que ganará muchos títulos, mucha fama y mucho dinero, pero nunca pasará de ser considerado, simplemente, un buen futbolista. Sin embargo la vida es más que eso, y valores como la educación y el respeto hacen a las personas mucho más grandes y admirables.

Por eso desde Con dos cubitos quiero recordar el gesto de Sergio Ramos y agradecerle su comportamiento con esos jóvenes que se encuentran muy lejos de sus casas, y que sólo buscaban un saludo y una sonrisa de alguien cercano.

Ramos_Bego_NYC

Nota: La fotografía, conseguida a través de Antena3 Noticias, recoge el momento en el que Sergio Ramos se acerca y firma una bandera andaluza en presencia de los aficionados españoles.

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