Como si el domingo por la noche no tuviésemos suficiente con el recuento de votos de las elecciones andaluzas y el análisis sesudo del ‘clásico’, la jornada se vió sacudida por la publicación de un comunicado en las redes sociales que, hace unos años, hubiese provocado el grito en las redacciones de los periódicos de «¡que paren las rotativas!». Y es que Tania y Pablo (o Pablo y Tania por aquello de la igualdad de géneros) anunciaron el fin de sus historia de amor. Al mensaje aparecido en facebook solo le faltó un encabezamiento del estilo de «A Zuckerberg ponemos por testigo de que nuestro amor ha llegado a su fin…».
Los conocidos ya como «los pimpinela bolivarianos» manifiestan que su amor privado no puede ser juzgado en público, aunque para contárnoslo utilizaron un mensaje a través de una red social propagado ‘urbi et orbi’. Curioso. Y añaden que se admiran tanto mutuamente, pero tanto tanto tanto, que lo mejor es dejarlo. Curioso también.
Pues nada, que la casta Tania – no Tania la de la casta-, la nueva modelo de revista de moda, está libre y que el autodenominado macho alfa vuelve a estar en el mercado. Seguro que a partir de ahora ambos serán objeto de escraches, entendiendo escraches como una forma intensa de acercamiento para ligar.
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